Fue en los años 90 cuando tomo peso dentro de la estrategia empresarial el concepto de customer centricity o customer centric. Por aquel entonces los procesos miraron hacia el cliente y buscaron maximizar su satisfacción para conseguir estabilidad, reputación y beneficio a largo plazo. Comenzó a tomar importancia el Customer Relationship Management (CRM), ya que el dato del cliente era un tesoro para poder conocerle y mantener una relación personal, bidireccional y continua con él, ofreciéndole lo que realmente le interesaba.
Los canales de contacto se multiplicaron y aparecieron herramientas que integraban la información para poder automatizar campañas de marketing y comerciales. Los datos de los clientes se alimentaban con visitas a la web, compras online o información que cedían de sus redes sociales. Con todo ello, la empresa armaba potentes y eficientes campañas de captación y fidelización. Era el triangulo CLIENTE-SERVICIO/PRODUCTO-EMPRESA.
En estos últimos años el concepto de employee centricity ha ganado atención como una extensión del customer centricity. Comienza a considerarse al empleado como pieza clave en la organización y como instrumento para el crecimiento y la rentabilidad de la misma. No hay empresa sin empleados, ni tampoco sin clientes, así que ahora hay que mirar a los dos lados para construir una empresa estable y rentable.
Pero el éxito de una organización depende de la satisfacción y compromiso de TODAS las partes interesadas, ya sean clientes, empleados, accionistas, proveedores, comunidades locales, etc. En estos tiempos en que las empresas empiezan a considerar que su papel dentro de la sociedad es clave y su compromiso con la sostenibilidad forma parte, cada vez más, de su estrategia empresarial; la teoría de los stakeholders o grupos de interés es el pilar básico para construir o transformar cualquier empresa a día de hoy.
Te contamos un poco más sobre ello.
¿Qué es la teoría de los stakeholders o grupos de interés?
Quedaros con este nombre: Edward Freeman, que en 1984 escribe Stakeholder Approach y define los stakeholders como:
"cualquier grupo o individuo que puede afectar o ser afectado por el logro de los objetivos de la empresa"
Por aquel entonces Freeman hablaba de replantearse la imagen tradicional de empresa y de dibujar el modelo para tener éxito en el presente y futuro.
La teoría de los stakeholders defiende:
La creación de valor se realiza a través de procesos que tienen en cuenta a los stakeholders.
El riesgo empresarial es un problema de todos los grupos de interés y no sólo de los accionistas.
Uno de los aspectos más importante es la identificación de los grupos de interés (GI). Cada empresa puede tener diferentes stakeholders dependiendo de su industria, tamaño y ubicación geográfica. Es esencial realizar un análisis cuidadoso para identificar a estos stakeholders y comprender sus expectativas, necesidades y preocupaciones específicas. Aquí os damos una relación de GI que una empresa puede tener:
Clientes | Entidades Financieras | Sindicatos | Sociedad |
Proveedores | Comunidades Locales | Medios de Comunicación | Instituciones Públicas |
Empleados | Ayuntamiento | Competencia | Universidades |
Accionistas | ONG | Medioambiente | Startups |
Una vez identificados, hay que gestionar la relación con ellos. Esto implica establecer canales de comunicación efectivos, fomentar la colaboración y la participación, y demostrar un compromiso genuino con sus intereses. Al construir relaciones sólidas y confiables con los stakeholders, las empresas pueden fortalecer su reputación y ganar su apoyo a largo plazo.
Aquí os dejo un video corto donde Freeman cuenta qué es la teoría de los stakeholders:
La clave está en crear valor teniendo en cuenta a los grupos de interés. ¿Y cómo lo podemos hacer? A través del análisis de materialidad
Análisis de materialidad.
Es el proceso por el que identificamos los temas más relevantes de la compañía, en términos de sostenibilidad, para los grupos de interés y los priorizamos.
Este proceso se realiza:
Identificando bien el alcance y los stakeholders clave.
Estableciendo un dialogo con ellos para conocer sus necesidades, expectativas y preocupaciones.
Recopilando la información disponible. Esta información debe ser actual y se debe tener en cuenta la fuente y la metodología de recogida.
Si no es suficiente, capturando la información a través de encuestas y/o entrevistas.
Realizando un análisis y evaluación. Es importante utilizar la matriz de materialidad para ver de forma visual el resultado del análisis.
Validando dicha información con los stakeholders. Es una fase importante para no dejar fuera temas de interés.
Priorizando, estableciendo objetivos y métricas.
Comunicando correctamente a los interesados, tanto interna como externamente. El compromiso de la dirección será clave para la toma de decisiones y la definición de la estrategia.
Revisándolo cada cierto tiempo. Los temas materiales pueden ir cambiando y este proceso debe ser actualizado al menos cada tres años.
Es importante que esto se realice por un especialista, ya que si la metodología no es la adecuada, corremos el riesgo de trazar incorrectamente la estrategia de la compañía.
Los beneficios al realizar un análisis de materialidad son varios:
Mayor vinculación con los grupos de interés.
Se anticipan los recursos y esfuerzos en los temas más relevantes, mejorando el posicionamiento y la competitividad.
Se minimizan los riesgos y se identifican las oportunidades.
Mejora de la reputación.
Se integran los asuntos no financieros a la estrategia de la empresa.
Se está preparado para el cumplimento y normativas.
Se fortalece la sostenibilidad en toda la cadena de valor de la compañía.
Existe un análisis de doble materialidad que está sustituyendo poco a poco al análisis más clásico, porque permite tener una visión mucho más completa de los impactos y desafíos relacionados con la sostenibilidad. Esto se debe a que con la nueva Directiva Europea sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), exige a las compañías que se tenga en cuenta este enfoque de doble materialidad.
El análisis de doble materialidad es un enfoque de evaluación de impactos que considera tanto los aspectos internos de una organización (interna) como los impactos externos que la organización genera en la sociedad y el medio ambiente (externa).
Mientras que el análisis de materialidad tradicional se centra en los temas relevantes para la organización, el análisis de doble materialidad amplía la perspectiva al incorporar los intereses y preocupaciones de los grupos de interés externos. Esto implica identificar y evaluar los impactos económicos, ambientales y sociales significativos en ambas direcciones, permitiendo a las organizaciones comprender y abordar de manera más holística su contribución y desempeño en sostenibilidad.
¿Por qué es importante para las PYMES y cuáles son sus beneficios?
Implantar la teoría de los stakeholders en una PYME puede brindar una serie de beneficios:
Mejora de la reputación y la imagen: Al considerar y abordar los intereses de los diferentes grupos de interés, una pyme puede construir una reputación positiva y una imagen de responsabilidad empresarial, lo que puede generar confianza y lealtad tanto entre los clientes como entre los empleados.
Acceso a nuevos mercados y oportunidades comerciales: Al demostrar un compromiso con los valores y las expectativas de los grupos de interés, una pyme puede acceder a mercados nicho y oportunidades comerciales que priorizan la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Fomento de la innovación y la diferenciación: La participación activa de los stakeholders puede brindar a una pyme información valiosa sobre las necesidades del mercado, tendencias emergentes y oportunidades de mejora. Esto puede inspirar la innovación y ayudar a la empresa a diferenciarse de sus competidores.
Gestión de riesgos y conflictos: Al involucrar a los stakeholders relevantes en el proceso de toma de decisiones, una pyme puede identificar y gestionar mejor los riesgos potenciales, así como prevenir o resolver conflictos antes de que escalen y afecten negativamente a la empresa.
Atracción y retención de talento: El enfoque en los stakeholders puede ayudar a una pyme a atraer y retener a empleados comprometidos y motivados. Los profesionales suelen buscar empresas que muestren una preocupación genuina por los impactos sociales y ambientales de sus actividades.
Algunos ejemplos de Análisis de Materialidad.
Ser sostenible es ser transparente, por eso existen las memorias de sostenibilidad y las memorias integradas que son publicadas en las web de las empresas. En ellas podemos ver, entre muchas cosas, cómo las compañías realizan su análisis de materialidad y cuál es el resultado. Aquí os dejamos algunos ejemplos para que lo entendáis un poco mejor y podáis reflexionar sobre ello.
Teoría de los stakeholders en la estrategia de la compañía.
La teoría de los stakeholders es fundamental porque ayuda a identificar grupos clave, gestionar relaciones, mejorar la sostenibilidad y reputación, gestionar riesgos, y fomentar la innovación y oportunidades de negocio. Esto contribuye a una gestión más integral y responsable, alineada con las expectativas de los diferentes actores involucrados en la organización.
Si conoces las necesidades y expectativas de tus grupos de interés, podrás diseñar una estrategia sostenible para la compañía logrando un equilibrio entre el crecimiento económico, la responsabilidad ambiental y el bienestar social a largo plazo.
En tu estrategia mide tus impactos positivos y los negativos. Si lo haces bien, el resultado final será NETO POSITIVO.
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